Me he enamorado de alguien con pareja: ¿y ahora qué?

Ese momento en el que te das cuenta de que te has enamorado no siempre viene acompañado de fuegos artificiales y música de película romántica. A veces llega como una pequeña punzada en el estómago, porque sabes que lo que sientes no encaja con lo que se espera de ti. Y es que hay situaciones en las que el corazón decide fijarse justo donde no debería. Enamorarse de alguien que ya tiene pareja puede convertirse en una montaña rusa emocional en la que se mezclan deseo, culpa, fantasías y mucha confusión.

Como psicólogo en Valencia, acompaño a personas que atraviesan esta situación con una mezcla de emociones tan intensas que a veces ni saben por dónde empezar. Y no, no se trata de juzgar ni de dictar lo que está bien o mal. Se trata de entender lo que está pasando, de poner palabras a lo que duele y de encontrar claridad en medio del enredo.

El deseo que no pide permiso

El deseo tiene vida propia. No pregunta si es conveniente. No consulta si es moralmente correcto. Simplemente aparece. Y cuando lo hace hacia una persona comprometida, puede despertar una tormenta interna. No elegimos de quién nos enamoramos, pero sí elegimos qué hacemos con eso que sentimos.

Muchas veces, este tipo de enamoramiento surge en contextos donde hay cercanía emocional, como el trabajo, una amistad o algún entorno compartido. La conexión se construye poco a poco, entre conversaciones, risas y confidencias. Hasta que un día, sin saber cómo, te descubres esperando un mensaje, sonriendo al pensar en esa persona, sintiendo celos sin «derecho» a sentirlos.

La idealización del amor imposible

Lo prohibido tiene un atractivo casi mágico. El amor no correspondido o imposible suele estar bañado de fantasía, de aquello que podría ser pero no es. Idealizar a alguien que está en otra relación es una forma de mantener la llama encendida sin afrontar la realidad. Porque en la imaginación todo es perfecto: no hay discusiones, no hay rutina, solo lo bonito, lo emocionante, lo que no está contaminado por la convivencia.

Pero esa idealización también impide ver a la persona real. Se convierte en un refugio emocional que puede doler más de lo que alivia. Porque no estás en una relación concreta, sino en una espera continua, en una incertidumbre que desgasta y que muchas veces no lleva a ninguna parte.

La culpa como sombra constante

Amar a alguien con pareja puede estar acompañado de una culpa silenciosa que aparece cuando menos te lo esperas. La culpa por sentir, por desear, por fantasear con una historia que no te pertenece. Y esa culpa, aunque es una señal de tu sistema de valores, también puede convertirse en una lámpara que alumbra demasiado lo que te duele y no lo que necesitas.

Muchas personas intentan gestionar esa culpa negando lo que sienten o reprimiéndolo. Pero ya sabes, lo que se reprime, grita más fuerte. En psicología, trabajamos para acoger esa culpa sin juicio, para entender qué dice de ti, de tus límites, de tus anhelos. Y desde ahí, poder decidir con más libertad.

La espera eterna y la promesa que no llega

Hay ocasiones en las que la persona por la que sientes algo también parece corresponderte. Hay miradas, hay mensajes, hay encuentros llenos de tensión. Y a veces incluso hay promesas. «Cuando aclare las cosas», «cuando sea el momento adecuado», «cuando pueda salir de esta situación». Pero el tiempo pasa. Y nada cambia.

Esperar a que alguien deje a su pareja para estar contigo es una de las situaciones más frustrantes emocionalmente. Porque vives en pausa, congelado en un «quizás» que nunca se concreta. Y eso mina la autoestima, genera ansiedad y deja una sensación constante de insuficiencia. Como si tu valor dependiera de una decisión ajena que nunca llega.

El autocuidado en medio del enredo

Amar puede ser una experiencia maravillosa, pero también puede doler. Y cuando ese amor no puede vivirse libremente, es fácil olvidarse de uno mismo. El autocuidado emocional es esencial cuando te encuentras en una situación amorosa complicada. No se trata de renunciar a lo que sientes, sino de preguntarte cómo quieres vivir lo que sientes.

En consulta suelo trabajar con preguntas como: ¿Qué te está dando esta relación? ¿Qué te está quitando? ¿Qué parte de ti se está quedando en segundo plano para sostener este vínculo? Porque a veces, el mayor acto de amor no es esperar, sino elegirte. Y eso también es valentía.

Psicólogo en Valencia para ordenar lo que sientes

Si te has enamorado de alguien que tiene pareja y no sabes qué hacer con todo lo que sientes, no estás solo. La terapia psicológica puede ayudarte a entender tus emociones, a tomar decisiones desde un lugar más claro y a cuidar tu corazón sin perderte a ti en el camino.

Como psicólogo en Valencia, acompaño a personas que atraviesan estas experiencias con culpa, con confusión, con deseo, con dudas. No hay recetas mágicas, pero sí hay espacio para la escucha, para la claridad, para el respeto hacia uno mismo. Porque lo importante no es solo a quién amas, sino cómo te amas mientras amas.

Picture of Luis A. Castelló Psicólogo
Luis A. Castelló Psicólogo

Soy Luis A. Castelló, psicólogo, psicoterapeuta e instructor de Mindfulness en Valencia. Llevo más de 15 años acompañando a personas en su camino hacia el bienestar emocional. Estoy especializado en Terapia Gestalt, EMDR y Mindfulness, y mi enfoque es cercano, integrador y profundamente humano. Mi vocación nació desde mi propia experiencia personal en terapia, lo que me permite conectar de forma auténtica con quienes acuden a mí. Actualmente imparto sesiones, cursos y formaciones tanto presenciales como online.

Solicita una sesión conmigo